El desarrollo de un plan de investigación integral y dinámico que permita afrontar los principales retos de las enfermedades cardiovasculares, potenciando la investigación colaborativa y siempre desde un modelo de excelencia que no pierde de vista la transferencia de los resultados de investigación tanto a la práctica clínica como a la industria, es el principal reto que se ha marcado el CIBER de Enfermedades Cardiovasculares a lo largo de esta primera etapa de funcionamiento. En esta entrevista, el subdirector científico del CIBERCV, Javier Bermejo, repasa los avances conseguidos y los próximos pasos a dar en el marco de esta hoja de ruta.
-¿Qué balance hace del primer año de funcionamiento del CIBERCV?
-El balance es muy bueno. Desde el Comité de Dirección hemos trabajado mucho para implementar un Programa Científico muy completo dirigido a aunar esfuerzos y generar una verdadera vocación de investigación colaborativa. Afortunadamente, la mayor parte de los grupos CIBERCV teníamos ya una larga trayectoria previa en la Red Cardiovascular, y hemos podido aprovechar gran parte de esa inercia. Los Coordinadores de Programa se han empleado a fondo en consolidar o poner en marcha proyectos colaborativos de enorme calado. No es infrecuente que en las distintas convocatorias públicas se participe ya de forma multicéntrica o coordinada entre distintas áreas adscritas a CIBER.
Pero, además, hemos puesto en marcha un plan muy ambicioso de recursos humanos e investigación transversal intra-CIBER, con convocatorias en fase de resolución que han recibido excelente acogida por parte de los investigadores. Nuestro objetivo es fomentar las sinergias entre las distintas instituciones consorciadas, tanto entre grupos clínicos como básicos, y los resultados de la evaluación formal del primer año sugieren que vamos en la buena dirección.
-¿Cuáles son las prioridades que se marcan en esta primera etapa del CIBERCV?
-Nos estamos centrando en cuatro objetivos principales. En primer lugar, avanzar en un plan de investigación integral y dinámico que permita afrontar los principales retos de las enfermedades cardiovasculares y seguir aumentando la calidad científica de nuestro país. El segundo pasa por potenciar la investigación colaborativa y la participación de nuestros grupos de investigación en proyectos europeos. En este sentido, en el 2017 ya hemos conseguido un primer proyecto europeo solicitado y gestionado a través de tres áreas temáticas CIBER y creemos que este año estamos próximos a conseguir, al menos, un segundo. El tercer objetivo se centra en fomentar un sistema de excelencia basado en una evaluación eficaz y transparente. Y un cuarto reto es trasferir los avances conseguidos y traducir la inversión realizada en mejoras concretas para la sociedad, tanto en mejoras en la práctica clínica, como mediante la transferencia del conocimiento al sector industrial.
-¿Cuáles considera que han sido las principales aportaciones del CIBERCV a lo largo de este tiempo?
-La principal aportación del CIBER a los 40 grupos que formamos parte del mismo es la posibilidad de trabajar en red de forma coordinada bajo una misma institución. Esto nos está permitiendo estructurar proyectos de investigación y colaboraciones como una única institución, de cara por ejemplo a la solicitud de proyectos europeos. Burocráticamente puede costar adaptarse a la rigidez de las estructuras públicas, pero lo cierto es que las posibilidades son enormes en este sentido.
Además, un consorcio como el CIBERCV permite abordar ambiciosos proyectos gracias a ser una institución con más de 500 científicos centrados en las enfermedades cardiovasculares con experiencias y bagajes complementarios que incluyen investigadores básicos, epidemiológicos, técnicos y clínicos. Por ejemplo, gracias al CIBERCV se están realizando estudios multicéntricos con una rápida inclusión de pacientes, lo que acelerará la obtención de resultados. Además, se está realizando un importante avance en la capacidad de transferir dichos conocimientos desde los artículos científicos a patentes y, poco a poco, a start-ups que contribuyan a retornar la inversión realizada.
-¿Qué resultados científicos destacaría?
-La evaluación por parte de nuestro Comité Científico Externo destacó tres logros importantes del CIBERCV en el año 2017. Un artículo publicado en la revista Nature avanzó importantes hallazgos sobre las bases biológicas de la enfermedad aórtica. El estudio SIOVAC cambió la práctica clínica en lo referente a la utilización de vasodilatadores pulmonares en los pacientes con hipertensión pulmonar del grupo 2. Y la consecución del Proyecto Europeo MEDIMACs, fruto de la interacción de grupos pertenecientes a CIBERCV, CIBEROBN y CIBERESP, ofrecerá la posibilidad de comprender la interrelación entre dieta mediterránea, microbiota, inflamación y progresión de la enfermedad coronaria.
-¿Cómo está dando respuesta el CIBERCV a las necesidades de investigación más acuciantes en el área Cardiovascular?
-Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte tanto en Europa como en España. Desde el CIBERCV tenemos desarrollados 4 planes de investigación que tratan de afrontar los principales retos.
Concretamente, los programas transversales de epidemiología y biomarcadores van enfocados a la personalización de la medicina cardiovascular, faceta importantísima para girar el paradigma de sistema sanitario desde el tratamiento a la prevención.
Los otros dos programas de investigación se centran en el esclarecimiento de los mecanismos causantes de las principales patologías, como son la insuficiencia cardiaca, las arritmias o las enfermedades estructurales. Buscamos conocer los mecanismos para poder encontrar mejores dianas terapéuticas y, finalmente, mejores tratamientos tanto farmacológicos como basados en nuevas terapias, como terapias génicas o de medicina regenerativa.
Pero las necesidades de investigación van más allá y necesitamos también incorporar actividad transversal y facilitar la generación de nuevos investigadores. Por ello, hemos incluido en nuestro diseño del CIBERCV un Programa de Internacionalización y Relaciones Institucionales, dirigido a promover y facilitar la participación en los organismos con capacidad de influencia en la distribución de fondos de investigación. Es llamativo que tanto a nivel nacional como europeo, siendo las enfermedades cardiovasculares las que producen la mayor morbimortalidad en nuestro medio, reciban mucha menos financiación pública que en materia de oncología. Hay mucho que trabajar en esta dirección.
-¿Qué nuevos proyectos de investigación se están poniendo en marcha dentro de los diferentes programas?
-El desarrollo del Plan Director nos ha permitido identificar las principales líneas de investigación, y dentro de cada una de ellas se están iniciando importantes proyectos.
Por ejemplo; en la línea de investigación en daño cardiaco se ha iniciado un interesante proyecto para evaluar la efectividad de las células madres cardiacas para prevenir arritmias ventriculares en pacientes con infartos de miocardio. Este proyecto acaba de recibir financiación en la convocatoria de Terapias Avanzadas recientemente resuelta por el ISCIII.
En la línea de investigación en patologías de origen genético se está avanzando en el análisis combinado de pacientes con enfermedades raras. En el área de insuficiencia cardiaca se está iniciando el estudio REDISCOR III, posiblemente uno de los mejores registros a nivel mundial para esta patología. En el programa de patología arterial, isquemia miocárdica y patología estructural, se ha puesto en marcha la plataforma CIBER-CLAP para la realización de estudios preclínicos multicéntricos que permitan aumentar la eficacia y reducir el número de animales necesarios para poder confirmar la eficacia y seguridad de nuevos tratamientos.
En el área de la epidemiología cardiaca se ha puesto en marcha el registro y análisis de la mayor cohorte de pacientes de atención primaria, que nos permitirá identificar las poblaciones de riesgo y actuar incluso antes de que aparezcan los principales síntomas. Para ello, la detección de nuevos biomarcadores que permitan anticipar potenciales problemas antes de que sucedan es una de las principales acciones que está llevando adelante el Programa 4.
-El grupo de investigación del CIBERCV en el Hospital Gregorio Marañón, del que usted forma parte, aborda las principales áreas de trabajo en el campo de las enfermedades cardiovasculares, ¿cuáles son las líneas de investigación que destacaría?
-Nuestro propio grupo de investigación tiene una larguísima trayectoria en investigación traslacional, desde estudios técnicos a clínicos. Las líneas principales serían la utilización de nuevas aproximaciones para el diagnóstico y tratamiento de las arritmias ventriculares y auriculares, la terapia regenerativa, el estudio del papel de la microbiota y la inflamación en el Síndrome Coronario Agudo, y el desarrollo de nueva tecnología de análisis de imagen y señal para el análisis de la biomecánica cardiaca.
-Tienen una gran experiencia y capacidad de desarrollo de nuevas terapias avanzadas, como la medicina regenerativa…
-Las línea actualmente más activas tienen que ver con la caracterización electrofisiológica de los parches de tejido recelularizado, el desarrollo de nuevos hidrogeles y soportes para la recelularización y la aplicación de la terapia regenerativa para el tratamiento y prevención de las arritmias cardiacas.
-Este grupo tienen también una importante trayectoria en la formación de investigadores jóvenes, ¿qué aporta el CIBERCV a la captación y formación de talento joven para la investigación en el área cardiovascular?
-En CIBERCV hemos incorporado un ambicioso Programa de Formación puesto que pensamos que la sostenibilidad de la investigación biomédica, especialmente en el ámbito hospitalario, está gravemente amenazada. Por ello, estamos implementando numerosas acciones para promocionar y financiar a investigadores básicos y clínicos en un original diseño de plan de formación que incluye su incorporación secuencial en distintos tipos de centros. Este es un importantísimo reto para el futuro. En el Comité de Dirección nos hemos fijado como prioritario hacer cuanto esté en nuestra mano tanto para fomentar la figura del “Médico Científico” en el desarrollo profesional de nuestros facultativos, como en la incorporación estructural de personal investigador no médico en los hospitales del Sistema Nacional de Salud. Realmente es un reto mayúsculo, pero sin incorporación de talento nuevo, los grupos se irían extinguiendo y el sistema se agotaría a medio plazo. No obstante, somos optimistas y pensamos que el paradigma irá cambiando y llegará el día en que los centros hospitalarios académicos percibirán el enorme retorno que genera un abordaje científico y multidisciplinar de la atención médica.
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